lunes, 13 de mayo de 2013

Pero vos me dijiste...

 Qué cosa tan ridícula decir de una palabra que es buena o mala. Las  palabras andan por la vida sin molestar a nadie hasta que uno las toma, las usa y ahí sí,  el daño o el bien que causan  puede ser irreversible.
  Hablemos de las palabras que hieren (hoy amanecí morbosa y despiadada) o mejor hablemos de porqué nos hieren. Si existen palabras que nos lastiman tenemos que ver porqué lo hacen o en última instancia porqué el otro, el que las pronuncia tiene el poder de lastimarnos ya que como dije al comienzo las palabras no tienen intenciones.
  Pensemos qué es lo que realmente nos molesta cuando en nuestros oídos escuchamos tal o cual palabrita, vayamos más profundo y miremos al humano detrás de la lengua, y mas hondo aún y descubramos el pre-concepto o la idea previa que tenemos de esa palabra: ¿cuándo la oímos por ultima vez? ¿Qué imagen me trae a la mente? ¿Con qué la asocio automáticamente?
  No todas las palabras despiertan los mismos sentimientos en todas las personas.
  Ni el que las dice, ni el que las recibe comparten la misma memoria emotiva.  Elegimos ver el árbol y negar el bosque, juzgamos a una persona por palabras que tal vez no tienen la carga emotiva que nosotros le otorgamos por esos pre-conceptos  que llevamos gravados en nuestro chip mental.
  Llevando todo esto al tema que nos reúne en esta columna casi siempre que es para el que se desayuna recién: las mujeres;  y en el caso de hoy las mujeres y sus relaciones amorosas, quisiera que pongamos atención a las palabras que generalmente dicen los hombres y que nosotras interpretamos como nos “conviene”. La más controvertida es: te amo, después vienen te extraño, te necesito y las que ustedes ya saben…me gusta estar con vos, me encanta como sos, etc. Las mujeres jamás tomamos estas frases en sentido literal con el significado que la real academia le confiere a cada palabra, sino que les damos el valor que a nuestras memorias les cabe. Un “te extraño” lo podemos tomar como un “no puede vivir sin mi”(egocentrismo romántico) “me va a pedir para vivir juntos” (co-dependiente atómica),”qué pesado si se fue de casa hace media hora”(perseguida por el recuerdo del ex celoso),”seguro que está al pedo en el laburo”( autoestima por debajo del nivel normalmente aceptable), “debe estar viniendo con hambre”(esposa resentida), “¡se acuerda de mí, soy re especial!”( por los general no recibe un mensaje del señor hace mas de un mes: ilusa), “esta noche joda joda joda” (libidinosa, fue y se compró una tanga nueva porque apuesta todas sus fichas a que esa noche la pasa bomba! ). Y la realidad era que el hombre en cuestión en un momento se acordó de ella y le mandó un mensajito y para no ponerle “hola” y parecer frío, le escribió “te extraño” y pensó para sí mismo: “qué capo que soy, la tengo re clara!”.
  Así que a poner atención a las cosas que nos dicen y a la interpretación que le damos, no vaya a ser que las falsas expectativas nos arruinen el día!

Esta columna fue publicada en la Revista La Hoja de la Costa (13 de mayo de 2013)




viernes, 22 de febrero de 2013

¿EL MATRIMONIO FUÉ?: Una mirada diferente del amor y el matrimonio

José Luis Parise: 11 pasos iniciáticos de la magia





Psicoanalista Argentino premiado Internacionalmente por los Resultados obtenidos en los más de 100 Viajes y 30 años de Experimentación e Investigación en las Culturas Iniciáticas del Planeta, gracias a los cuales logró Metodizar los 11 Pasos que por igual Recorrieron esas Culturas para la Propia Iniciación en la Magia.

José Luis Parise nació en Buenos Aires, Argentina. Es Psicoanalista, Investigador, Conferencista Internacional y Escritor.

Realizó numerosos Viajes de Investigación a Sitios donde perduran Vestigios del Saber Oculto Original tales como Machu Picchu en siete Oportunidades, Camino del Inca, Lago Titicaca, Pirámide de Egipto, Pirámide de Chichen-Itzá, Sacsyahuamán, Ollatanytambó, etcétera.

En Dos Oportunidades Recorrió El Camino Del Inca, Accediendo (Guiado por Chamanes y Guías de Gran Prestigio) a "El Otro Camino": Circuito Esotérico no Turístico y Secreto, reservado para Lo Más Sagrado de Esa Cultura.

Es el primer Investigador Argentino que logró conectarse con los Indios Q'eros, últimos Exponentes Legítimos de la Raza Inca. Junto a ellos, aprendió Técnicas Exclusivas de Energía y fue Iniciado en La Realeza Inca.

Único participante de todo el Continente Americano de la Experiencia "Cuerdas De La Consciencia", llevada a cabo en la Selva Amazónica, con estados expandidos de conciencia guiados por Chamanes Indígenas.

Realizó Experiencias de Investigación y Ejercitación en diversos Templos y Sitios Espirituales de Egipto, incluidas las Pirámides del Valle de Gízah.

En un hecho sumamente diferencial, se le permitió registrar Fílmica y Fotográficamente Todas las Experiencias y Rituales de los que formó parte.

La "E.D.I.P.O. Escuela De Integración Psicoanálisis-Ocultismo" Fundada y Dirigida por José Luis Parise, fue Premiada En El Cincuentenario De Las Naciones Unidas, por La New York State Federation.

Actualmente, dicta Cursos Plenarios y Seminarios tanto en América como en Europa
http://www.cienciayespiritu.com/Jose_Luis_Parise.php

miércoles, 20 de febrero de 2013

Wendy McElroy: Una mujer que milita en defensa de la pornografía

Una defensa feminista de la pornografía.- Por Wendy McElroy

“Wendy McElroy eloquently exposes and courageously opposes the evil naïveté of the currently fashionable anti-pornography movement.”
Thomas Szasz, M.D., Professor of Psychiatry Emeritus, State University of New York
Por Wendy McElroy
“La pornografía beneficia a las mujeres, tanto personal como políticamente”. Esta frase abre mi libro “XXX: A Woman’s Right to Pornography”, y constituye una defensa más extrema de la pornografía con la que la mayoría de las feministas podría sentirse cómoda. Llegué a esta posición después de años de entrevistar a cientos de trabajadores sexuales.
Posiciones feministas
Las posiciones feministas sobre la pornografía en la actualidad se pueden dividir en tres categorías. La más común – por lo menos en el ámbito académico – es que la pornografía es una expresión de la cultura masculina a través de la cual las mujeres son explotadas y mostradas como mercancía. Un segundo punto de vista, la posición liberal, combina el respeto por la libertad de expresión con el principio de “cuerpo de la mujer, derecho de la mujer” y por lo tanto produce una defensa de la pornografía a lo largo de las líneas de “yo no la apruebo, pero todos tienen el derecho a consumir o producir palabras e imágenes”. Un tercer punto de vista – una verdadera defensa de la pornografía – surge de las feministas que han sido etiquetados como “pro-sexo” y que sostienen que la pornografía tiene beneficios para las mujeres.
Poco diálogo se produce entre las tres posiciones. Las feministas anti-pornografía tratan a las mujeres que están en desacuerdo, ya sea como incautas a quienes el patriarcado les ha lavado el cerebro o como apologistas de los pornógrafos. En la antología Sexual Liberals and the Attack on Feminism (1990) el editor Dorchen Leidholdt sostiene que las feministas que creen en que las mujeres tomen sus propias decisiones acerca de la pornografía están propagando “una mentira feliz” (p. 131). En la misma obra, Sheila Jeffreys sostiene que las feministas “pro-sexo” “erotizan la dominación y la subordinación. Wendy Stock acusa a las feministas defensoras de la libertad de expresión de identificación con sus opresores… “Al igual que los prisioneros de campos de concentración con sus carceleros” (p. 150). Andrea Dworkin, las acusa de dirigir una “raqueta de protección sexual” (p. 136) y sostiene que nadie que defienda la pornografía puede ser una feminista.
Las feministas liberales que están personalmente incómodas con la pornografía tienden a ser intimidadas para que se silencien. Las que deciden hablar, como la presidenta de la “American Civil Liberties Union” Nadine Strossen (en defensa de la pornografía) son ignoradas. Por ejemplo, Catharine MacKinnon se ha negado reiteradamente a compartir escenario con Strossen o cualquier mujer que defiende la pornografía. Las feministas “por-sexo” -muchas de las cuales son o ex trabajadoras sexuales- a menudo responden con ira en lugar de argumentos.
Dejando de lado las emociones, ¿cuáles son las cuestiones de fondo planteadas por cada perspectiva feminista?
Feministas anti-pornografía
Page Mellish de la “Feminists Fighting Pornography” ha declarado que “no hay cuestión feminista que no tenga sus raíces en el problema de la pornografía”. En su libro “Onli Words”, MacKinnon niega que la pornografía consista en palabras e imágenes, las cuales estarían protegidas por la Primera Enmienda. Ella considera a la pornografía -en sí misma- como un acto de violencia sexual. ¿Por qué la pornografía es vista tanto como el tema central del feminismo moderno y un acto inherente a la violencia? La respuesta está en la ideología feminista radical, que Christina Hoff Sommers llama “feminismo de género”.
El feminismo de género examina la historia y ve a una opresión ininterrumpida hacia las mujeres por parte de los hombres que se extiende por todas las barreras culturales. Para ellas, la única explicación posible es que los hombres y las mujeres son clases separadas y antagónicas cuyos intereses están opuestos necesariamente. Los intereses masculinos se expresan y son mantenidos por una estructura capitalista conocida como “patriarcado”.
La raíz del antagonismo es tan profunda que reside en la misma biología masculina. Por ejemplo, en el libro “Against Our Will” Susan Brownmiller señala lo inevitable de las violaciones en la época en que los hombres del Neandertal comenzaron a utilizar sus penes como armas. Brownmiller escribe: “Desde los tiempos prehistóricos hasta el presente, en mi opinión, la violación ha desempeñado una función crítica, es nada más y nada menos que un proceso consciente de intimidación por el cual todos los hombres mantienen a todas las mujeres en un estado de miedo”. Cómo Brownmiller ha adquirido este conocimiento sobre el sexo prehistórico no se conoce.
Otro principio de la opresión de género es que el sexo es una construcción social. Las feministas radicales rechazan lo que ellas llaman “esencialismo sexual” – la idea de que el sexo es una fuerza natural basada en la biología que inclina a las mujeres hacia tendencias naturales como la maternidad. Incluso, para las feministas radicales, sentir preferencias sexuales como la heterosexualidad no es biológico. Surgen de la ideología.
Los hombres construyen la sexualidad de las mujeres a través de las palabras y las imágenes de la sociedad, lo que el filósofo francés Foucault llamó la “textos” de la sociedad. Después de dicha construcción, los hombres comercialización la sexualidad de las mujeres y la mercantilizan de nuevo en forma de pornografía. En otras palabras, a través de la pornografía el hombre define la sexualidad de la mujer- una definición que determina cada aspecto de su papel en la sociedad. Para acabar con la opresión, el patriarcado y sus textos deben ser destruidos.
Feminismo liberal
El feminismo liberal es una continuación del feminismo de los años ’60 que pedía igualdad con los hombres, quienes no eran opresores inherentes, sino mas bien socios recalcitrantes que debían ser iluminados. La igualdad no significa destruir el sistema actual, pero sí reformarlo a través de medidas tales como la acción afirmativa. Bajo el principio liberal de “cuerpo de la mujer, derecho de la mujer” subyacen los argumentos que sostienen desde el derecho al aborto a las libertades de estilo de vida como el lesbianismo. El centro de la discusión está en el acto de elegir, en lugar de en el contenido de cualquier elección.
Las feministas liberales comparten la tendencia liberal general hacia la libertad de expresión, pero están en disputa en cuanto a la pornografía. Algunas organizaciones feministas liberales, como la Feminists for Free Expression (FFE) se han opuesto consistente mente a la censura en cualquiera de sus formas. Algunas feministas liberales como Sallie Tisdale (Talk Dirty to Me) han defendido firmemente la libertad sexual. Sin embargo, muchas feministas liberales frecuentemente razonan de esta manera: “como mujer me siento consternada por Playboy… pero como escritora entiendo perfectamente la necesidad de la libertad de expresión”.
Estos argumentos no son favorables a la pornografía. Ellas son anti-censura sobre la base de varios criterios, entre ellos: las grandes obras de arte y la literatura estarían prohibidas; la primera enmienda sería violada; la expresión política sería suprimida y una cultura creativa exige libertad de expresión.
Otras feministas liberales, que han aceptado muchos de los supuestos ideológicos de la posición anti-porno, parecen dispuestas a sacrificar la libertad de expresión por el bien de la protección de las mujeres. Por ejemplo, también condenan el libre mercado por la comercialización de mujeres como “partes del cuerpo”, lo cual degrada a la mujeres. En “A Capital Idea: un ensayo en defensa de la pornografía”, que a veces parece un ataque, Lisa Steel comenta:
“La representación sexista de las mujeres… Es todo parte del mismo sistema que, al servicio de los beneficios, reduce la sociedad a “grupos de consumidores”. Y el marketing es tan conservador como el militarismo… pagamos un alto precio por los “derechos” de unos pocos de obtener beneficios procedentes del resto de nosotros.”
Estas confusas y ambivalentes “defensas” a menudo ofenden a las trabajadoras sexuales que están destinadas a proteger.
Feminismo pro-sexo
Durante la última década, un número creciente de feministas -llamadas “pro-sexo”- han defendido la elección de la mujer a participar y consumir pornografía. Algunas de estas mujeres, tales como Nina Hartley, son actuales o ex-trabajadoras sexuales que conocen de primera mano que posar para la pornografía es una opción exenta de coacción que puede ser enriquecedora. Las feministas “pro-sexo” mantienen una interpretación coherente del principio de “cuerpo de la mujer, derecho de la mujer” e insisten en que cada elección pacífica que una mujer hace con su propio cuerpo debe obtener una protección jurídica completa, si no el respeto.
Los argumentos “pro-sexo” parece que a veces se superponen con los de las liberales feministas. Por ejemplo, ambos manifiestan su preocupación por quién actuará como censor, dado las palabras subjetivas, tales como “degradante” se interpretarán en el sentido que el censor desee.
La ley que vetaba a Margaret Sanger porque solía decir sífilis y gonorrea no es diferente, en principio, a la que interpreta la obscenidad hoy en día. No habrá protección, incluso por los clásicos del feminismo como “Nuestros Cuerpos, Nuestras Vidas” que proteja a una generación de mujeres con la primera visión explícita de su propia biología (sexualidad). Inevitablemente, la censura se utiliza en contra de los puntos de vista menos populares, en contra de los miembros más débiles de la sociedad… incluyendo a las feministas y las lesbianas. Cuando la Corte Suprema de Canadá decidió en 1992 proteger a las mujeres al restringir la importación de pornografía, una de las primeras víctimas fue la Librería lesbiana / gay “Glad Day”, que había estado desde hace tiempo en la lista negra de la policía.
Entre los libros incautados en las aduanas canadienses estuvieron dos libros de Andrea Dworkin, “Pornography: Men Possessing Women” y “Women Hating”. Este evento no debería haber sorprendido a Dworkin quien declaró en el programa “Take Back the Night” que “no hay una sola vida feminista que podría acudir al sistema legal machista para una real protección en contra del sistematizado sadismo masculino”. (p. 257).
En los peligros de censura a la pornografía es que las feministas pro-sexo y las liberales a menudo están de acuerdo. En los posibles beneficios de la pornografía para las mujeres es que se quiebra la unión.
Disección anti-porno
¿Las acusaciones lanzadas contra la pornografía se mantienen en pie después de examinarlas?
La pornografía es degradante para las mujeres.
Degradante es un término subjetivo. Me parece que los comerciales en los que las mujeres se erotizan sobre la espuma de jabón son tremendamente degradantes. Lo fundamental es comprender que cada mujer tiene el derecho de definir lo que es degradante y liberador para ella.
La degradación se asume, a menudo, vinculada a la “objetivación” de las mujeres: es decir, la pornografía las convierte en objetos sexuales. ¿Qué significa esto? Si se toma literalmente, no significa nada, porque los objetos no tienen sexualidad, los seres únicamente la tienen. Pero decir que la pornografía representa a las mujeres como un “seres sexuales” está basado en una pobre retórica. Por lo general, el término “objeto sexual” significa mostrar a la mujer como una parte del cuerpo, reduciéndola solo a objeto físico. ¿Qué hay de malo en esto? Las mujeres son tanto sus cuerpos como son sus mentes o almas. Nadie se molestaría si se representa a las mujeres solo como “cerebros” o solo como seres espirituales. ¿Si me concentro en el sentido del humor de una mujer y excluyo otras de sus características la estoy degradando? ¿Por qué es degradante centrarse en su sexualidad?
La pornografía lleva a la violencia en contra de las mujeres.
Una relación de causa-efecto se establece entre los hombres que miran pornografía y los hombres que atacan a las mujeres, especialmente en la forma de violaciones. Sin embargo, los estudios y los expertos no están de acuerdo en cuanto a si existe una relación entre la pornografía y la violencia, entre las imágenes y el comportamiento. Incluso el pro-censura Meese Commission Report admitió que los datos sobre la conexión entre la pornografía y la violencia no eran fiables.
Otros estudios, como el elaborado por la feminista Thelma McCormick en 1983 para el Metropolitan Toronto Task Force on Violence Against Women, no encontró un solo patrón para conectar la pornografía y los delitos sexuales. Increíblemente, el Task Force suprimió el estudio y reasignó el proyecto a un hombre “pro-censura”, que devolvió los resultados “correctos”. Su estudio sí fue publicado.
¿Qué pasa con el mundo real de la información? En Japón, donde la pornografía gráfica y brutalmente violenta está ampliamente disponible, las violaciones son mucho más bajas per cápita que en Estados Unidos, donde está severamente restringida la violencia en la pornografía.
La pornografía es violencia porque las mujeres son obligadas a hacer pornografía
Ni una sola de las decenas de mujeres presentadas en los materiales pornográficos con las que hablé reportaron haber sido forzadas. Ninguna conocía a alguna que lo hubiera sido. No obstante, no descarto las denuncias de violencia: cada industria tiene sus abusos. Y cualquier persona que utilice la fuerza o amenazas para que una mujer realice esto sin querer debe ser acusada de secuestro, asalto y / o violación. Las imágenes o películas de este tipo deben ser confiscadas y quemadas porque nadie tiene el derecho de beneficiarse de las ganancias de un delito.
La pornografía es violencia porque las mujeres que posan están tan traumatizadas por el patriarcado que no puede dar su consentimiento real.
Aunque las mujeres que trabajan en la pornografía parecen estar dispuestas, las feministas anti-porno saben que ninguna mujer psicológicamente saludable podría estar de acuerdo con la degradación que significa la pornografía. Por lo tanto, si el mutuo acuerdo parece estar presente, es porque las mujeres se han “enamorado de su propia opresión” y deben ser rescatadas de sí mismas. Una característica común de las actrices porno que he entrevistado es un amor por el exhibicionismo. Sin embargo, si una mujer declara su disfrute en hacer alarde de su cuerpo, las feministas anti-porno afirman que ella no es simplemente un ser humano único que reacciona desde una perspectiva o personalidad distinta, sino que ella está psicológicamente dañada y ya no es responsable por sus acciones. En esencia, se trata de una negación del derecho de la mujer a elegir cualquier cosa fuera del estrecho corredor de opciones ofrecidas por el pensamiento político/sexual correcto. El derecho a elegir depende de tener el derecho de hacer una “mala” elección así como la libertad de religión implica el derecho de ser ateo. Después de todo, nadie va a prevenir que una mujer haga lo que él piensa que ella debe hacer.
Una defensa pro-sexo
Como una feminista “pro-sexo” yo sostengo: la pornografía beneficia a las mujeres, tanto personal como políticamente. La pornografía proporciona información sexual al menos en tres niveles:
  • Ofrece una vista panorámica de las posibilidades sexuales del mundo. Esto es cierto incluso con la información sexual básica, tales como la masturbación. No es raro que haya mujeres que alcanzan la edad adulta sin saber cómo darse placer.
  • Permite a las mujeres experimentar “con seguridad” las alternativas sexuales y satisfacer una curiosidad sexual saludable. El mundo es un lugar peligroso. Por el contrario, la pornografía puede ser una fuente de iluminación en solitario.
  • Ofrece la información emocional que proviene sólo de experimentar algo ya sea directa o indirectamente. Nos proporciona un sentido sobre cómo se “siente” el hacer algo.
La pornografía permite a las mujeres disfrutar de escenas y situaciones que serían rechazadas por ellas en la vida real. Tomemos, por ejemplo, una de las fantasías más comunes reportados por las mujeres –la fantasía de “ser violada”. La primera cosa a entender es que una fantasía de violación no representa el deseo del acto real. ¿Por qué una mujer sana fantasía ser violada? Tal vez por perder el control, que también elimina todo sentido de responsabilidad y culpa por el sexo. Tal vez porque sea exactamente lo contrario del sexo amable y gentil que tiene ahora. Tal vez porque es halagador imaginar a un hombre particular que está tan abrumado por ella que la debe tomar. Tal vez porque es curioso. Tal vez porqueella tiene algunos sentimientos masoquistas que son ventilados a través de la fantasía. ¿Es mejor para las mujeres reprimirse?
La pornografía rompe los estereotipos culturales y políticos, por lo que cada mujer puede interpretar el sexo a su manera. Los anti-feministas les dicen a las mujeres que deben de avergonzarse de sus apetitos e impulsos. La pornografía les que deben aceptarlos y disfrutarlos. La pornografía puede ser una buena terapia. La pornografía ofrece una salida sexual para aquellos que -por cualquier motivo- no tienen una pareja sexual. Tal vez esté lejos de casa, recientemente viudo o aislado debido a alguna dolencia. Tal vez simplemente optan por estar solos. Las parejas también usan la pornografía para mejorar su relación. A veces lo hacen por su propia cuenta, ver videos y explorar juntos sus reacciones. A veces, las parejas van a una terapeuta sexual que les aconseja utilizar la pornografía como una forma de abrir la comunicación en el sexo. Al compartir la pornografía, las parejas son capaces de experimentar la variedad en su vida sexual sin tener que cometer adulterio.
La pornografía beneficia a las mujeres políticamente de muchas maneras. Históricamente, la pornografía y el feminismo han sido compañeros de viaje y aliados naturales. Aunque no es posible establecer una relación de causa-efecto entre el aumento de la pornografía y la del feminismo, ellos dos demandan las mismas condiciones sociales, a saber, la libertad sexual.
La pornografía es la libertad de expresión aplicada a la esfera sexual. La libertad de expresión es el aliado de aquellos que buscan el cambio: es el enemigo de aquellos que buscan mantener el control. La pornografía, junto con todas las demás formas de herejía sexual como la homosexualidad, deben tener la misma protección legal contra la herejía política. Esta protección es especialmente importante para la mujer cuya sexualidad ha sido controlada por la censura a través de los siglos.
Ver pornografía puede tener un efecto catártico en los hombres que tienen impulsos violentos hacia las mujeres. Si esto es cierto, la restricción de la pornografía elimina una barrera protectora entre la mujer y el abuso.
La legitimación de la pornografía protegería a las trabajadoras sexuales, que son estigmatizados por la sociedad. Las feministas anti-pornografía están realmente socavando la seguridad de las trabajadoras sexuales cuando las tratan como “las mujeres adoctrinadas”. La doctora. Leonore Tiefer, profesora de psicología, observa en su ensayo “On Censorship and Women”: “Estas mujeres han hecho un llamado de apoyo a las feministas, no el rechazo… Las trabajadoras de la industria del sexo, como todas las mujeres, se están esforzando para la supervivencia económica y tener una vida digna y, si el feminismo significa algo, significa hermandad y solidaridad con estas mujeres”.
El propósito de la ley
El debate sobre la pornografía está subrayado por dos puntos de vista radicalmente antagónicos sobre los efectos de su legitimización en la sociedad.
El primer punto de vista, que las feministas pro-sexo suscriben, es que la ley debe proteger la elección. “El cuerpo de la mujer, derecho de la mujer” se aplica a toda actividad pacífica que una mujer decida llevar a cabo. La ley debería entrar en juego sólo cuando una mujer inicia una agresión o inician el uso de la fuerza en su contra. El segundo punto de vista, a la que tanto los conservadores y las feministas anti-pornografía suscriben, es que la ley debe proteger la virtud. La ley debe entrar en juego cada vez que se ha producido una violación de la moralidad pública, o una violación de “los intereses de clase de las mujeres.”
Esta es una antigua disputa en nuevas batallas. La cuestión en juego en el debate sobre la pornografía es nada menos que el viejo conflicto entre la libertad individual y el control social.
Traducido por: Oscar Rosales K.